
Somos ciudadanos que mostramos nuestra más enérgica oposición a que uno de los pocos inmuebles que se conservan en la localidad con más de 50 años de historia, sea cedido a los intereses privados con argumentos falaces que equiparan la cultura con la explotación comercial, o que la degrada a un mero elemento de consumo, con la consiguiente pérdida de patrimonio.